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Versión en español : La Guía del Paciente para el Síndrome de Fatiga Crónica & Fibromialgia


3: Fibromialgia

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Nota: contenido actualizado en 2017.

La Fibromialgia (FM) es una condición médica común caracterizada por dolor generalizado y rigidez, fatiga, problemas de sueño y dificultades cognitivas. La enfermedad no daña los tejidos, no es progresiva, ni fatal. La gravedad de la FM varía mucho de un paciente al otro. Algunos pacientes continúan trabajando, aunque una significativa minoría está incapacitada.


La FM toca a muchas partes de la vida de un paciente y afecta la vida de los que la conocen. Los pacientes luchan para controlar los síntomas y adaptarse a las limitaciones y el estrés que conlleva su enfermedad. Ellos también tienen que luchar con pérdida, incertidumbre y, a menudo con la falta de comprensión de los demás.

Los familiares también tienen que arreglárselas con pérdidas y frecuentemente tienen que aceptar nuevas responsabilidades. Son habitualmente consecuencias económicas; muchos pacientes dejan de trabajar, reducen su jornada laboral o se retiran pronto.
 

Síntomas


La FM es caracterizada por la presencia de múltiples síntomas. Su gravedad a menudo sube y baja. Los síntomas más comunes son dolor, problemas de sueño, fatiga y problemas cognitivos.


Dolor:
El dolor generalizado es el síntoma más relevante de la FM. El dolor que se describe como doloroso, ardiente o puñaladas, generalmente se siente por todo el cuerpo, aunque puede empezar en una zona y extenderse o moverse de un área a otra.

Puede ir acompañado de problemas neurológicos como hormigueo, ardor o adormecimiento en manos, brazos, pies, piernas o cara. El dolor puede intensificarse con sobre-actividad, sueño no-restaurador, ansiedad y estrés, y con cambios atmosféricos.


Dormir mal:
El segundo síntoma más común de la FM es el mal sueño. Puede que el paciente tenga problemas para quedarse dormido o puede que despierte frecuentemente. En la mayoría de los casos, el sueño no se experimenta como restaurador o refrescante, probablemente debido al tiempo limitado que se pasa en el sueño profundo.

La mayoría de los pacientes sufre de un trastorno del sueño, pero el mal dormir también es causado por otros factores como estrés, sobre-actividad y la falta de un buen entorno o de buenos hábitos para dormir.


Fatiga:
Más o menos tres de cada cuatro pacientes con FM refieren tener fatiga del tipo que sufre la gente con SFC. Caracterizada por una profunda sensación de agotamiento, la fatiga se puede manifestar como desgana, somnolencia y disminución de la tolerancia al ejercicio. De la misma manera que el dolor, la fatiga de la FM puede ser intensificado por sobre-actividad, sueño malo, emociones y estrés.


Problemas cognitivos:
Muchos pacientes con FM experimentan dificultades cognitivas. A menudo llamada "niebla mental" o "fibroniebla", los problemas cognitivos incluyen confusión, búsqueda de palabras, lapsus en la memoria y dificultades para concentrarse. La Fibroniebla a menudo se ve agravada por un exceso de actividad, sueño no-restaurador, emociones fuertes, estrés y demasiadas estimulaciones sensoriales.


Otros síntomas:
Muchos otros síntomas pueden acompañar la FM y así crear más malestar y frustración. Otros síntomas adicionales habituales incluyen cefaleas tensionales o migraña, emociones fuertes como depresión e ansiedad, dolor mandibular, tintineo en los oídos, mareos, rashes, sensibilidad a luz, sonidos, olores y temperatura, y ojos o boca secos.
 

¿Quién enferma de Fibromialgia?


Como el SFC, la fibromialgia es una enfermedad común. Las estimaciones varían, pero hay probablemente al menos cuatro a cinco millones de personas en los EEUU con fibromialgia, posiblemente muchos más. Los estudios sugieren que más del 90% son mujeres.
 

Diagnóstico


No hay marcador diagnóstico para la enfermedad en la sangre del paciente, ni evidencia de la enfermedad que aparece en los rayos-X o en otros tests. Dada la ausencia de pruebas diagnósticas se identifica la FM mediante el informe del paciente sobre sus síntomas, un historial médico y un examen físico.

El diagnóstico es a menudo un proceso prolongado. Los estudios sugieren que se necesita un promedio de cinco años después de la primera aparición de los síntomas para conseguir un diagnóstico.


Desde 1990 se ha diagnosticado la fibromialgia mediante la identificación de un particular patrón de síntomas:


1) Un historial de al menos varios meses de dolor en muchas partes del cuerpo (lado izquierdo y derecho, por encima y por debajo de la cintura)


2) Dolor en al menos 11 de 18 específicos puntos sensibles ("tender points") en el cuerpo. Los puntos sensibles son sitios en el cuerpo que duelen cuando se presionan. En la FM se encuentran estos puntos en particulares sitios alrededor de cuello, hombros, pecho, codos, zona lumbar, cadera y rodillas.

Tenderpoints

Puntos sensibles ("Tender points")


En 2010, el Colegio Americano de Reumatología aceptó provisionalmente unos criterios alternativos para diagnosticar la FM. Los nuevos criterios valoran el dolor de manera diferente y también incluyen la valoración de otros síntomas.
 

En los nuevos criterios, se puntúa el dolor con el índice de dolor generalizado (19 zonas del cuerpo). Se puntúa también la severidad de los síntomas que incluyen fatiga, sueño no reparador, problemas cognitivos y físicos, como dolor de cabeza, problemas con el intestino, nauseas, mareos y entumecimiento/estremecimiento.


Se hace el diagnóstico de FM en base de una combinación del índice de dolor y las puntuaciones de la severidad de síntomas. (Para conseguir un formulario de dos páginas que se puede rellenar para comprobar si se tiene FM, hay que buscar online el "Widespread Pain Index and Symptoms Severity Score.")


Algunas de las condiciones que se ven con frecuencia en personas con fibromialgia, incluyen:

  • Alergias y sensibilidades químicas
  • Artritis
  • Depresión
  • Enfermedad de reflujo gastroesofágico (GERD)
  • Cefaleas
  • Síndrome de vejiga irritable (cistitis intersticial)
  • Síndrome de colon irritable (SCI)
  • Dolor miofascial
  • Problemas ortostáticos, como hipotensión mediada neuralmente (HMN) y síndrome de taquicardia ortostático postural (POTS)
  • Desordenes del sueño, como apnea y síndrome de piernas inquietas
  • Sesorden de articulación temporomandibular (DAT) 
  • Problemas tiroideos y vulvodinia

La presencia de otras enfermedades puede intensificar los síntomas de la FM. Tratar las otras condiciones suele aliviar también la FM.
 

Causas


La causa de la FM sigue desconocida, pero las investigaciones actuales se concentran en cómo las señales de dolor son amplificadas por el sistema nervioso central (espina dorsal y cerebro). Esta teoría a menudo se llama modelo de "sensibilización central", potencia el dolor como señal enviada al cerebro en respuesta a un evento en el cuerpo.

Los pacientes con FM tienen elevados niveles de sustancia P, neurotransmisor que comunica las señales de dolor, y bajos niveles de productos químicos como serotonina y dopamina que calman las sensaciones de dolor.


Hay evidencia que sugiere una susceptibilidad genética para la FM. El comienzo de la FM a menudo es desencadenado por una enfermedad o un trauma como una caída o un accidente. Es posible que haya múltiples causas para la FM, cada una de ellas produce un incremento del dolor.
 

Tratamientos


Tal como el tratamiento para el SFC, el tratamiento de la FM se concentra en controlar los síntomas más que curar la enfermedad. Los abordajes incluyen medicamentos, tratamientos alternativos y medidas de auto-ayuda. A menudo se utilizan medicamentos para mejorar el sueño y controlar el dolor, aunque su efectividad varía mucho de un paciente a otro. Los tratamientos medicamentosos suelen desarrollarse mediante experimentación con diferentes medicamentos y dosificaciones.

Se suele recomendar el ejercicio, tanto para reducir dolor y rigidez, como para revertir la mala condición física. Las estrategias del ajuste del estilo de vida que se emplean con el SFC, como el acompasamiento y el manejo del estrés también son apropiadas para los pacientes de FM.


Los tres principios que dirigen el tratamiento del SFC también se aplican a la FM:

  1. el uso de múltiples estrategias
  2. experimentación
  3. énfasis en el cambio del estilo de vida

Ya que los pacientes con FM habitualmente tienen más de un síntoma, y ya que cada síntoma suele tener más de una causa, es útil utilizar una combinación de tratamientos y estrategias de manejo.

Ya que no hay un tratamiento estándar para la FM y que los tratamientos que son útiles durante un periodo, pueden luego ser inefectivos, los pacientes tienen que experimentar para encontrar qué funciona para ellos. Es típico que los ajustes en el estilo de vida que son baratos y seguros, produzcan resultados más predecibles.


Dolor: 
Tal como con el SFC, el acompasamiento es una estrategia efectiva para controlar el dolor en la FM. Puede ayudar mantenerse dentro de los límites de las actividades, tener cortos ratos de actividad, cambiar frecuentemente de tareas e incorporar ratos de descansos. Ya que el dolor se siente de manera más intensa cuando se está cansado o bajo estrés, reducir la fatiga y el estrés también reduce el dolor.


De manera similar, la falta de sueño intensifica el dolor y por eso mejorar el sueño también sirve para controlar el dolor. Otras estrategias habituales para el control del dolor incluyen tratamientos con frío y calor, masajes, atención a la mecánica corporal (cómo se posiciona el cuerpo y cómo lo mueves), y relajación y otras medidas para reducir el estrés.


A menudo se busca el alivio del dolor mediante medicamentos:

  • Productos de venta libre como aspirina y otros analgésicos
  • Medicinas con prescripción médica sobre todo para el sueño
  • Antidepresivos como Elavil (Amitriptilina), Prozac y Paxil,
  • Antiepilépticos
  • Analgésicos con prescripción, como Ultram (tramadol)

En 2007, la FDA aprobó Lyrica (pregabalina) como primer medicamento testado y aprobado para tratar la fibromialgia. Desde entonces, se han aprobado otros dos medicamentos: Cimbalta (hidroclórico de duloxetina) y Savella (milnacipran HCl). El ejercicio se utiliza a menudo para reducir la rigidez y reforzar los músculos.


Sueño:
Tratar el sueño es otra área en la que es útil un abordaje experimental con varias estrategias. Ningún medicamento ha probado ser útil para tratar los problemas de sueño en todos los pacientes con FM. También ocurre que hay medicamentos que son efectivos durante una temporada, luego se vuelven inefectivos.

Los medicamentos que se suelen utilizar para tratar los problemas de sueño incluyen productos de venta libre, como melatonina y valeriana, antihistamínicos como Benadril (Difenhidramina), clonazepam(Clonazepam), (Klonopin), antidepresivos tricíclicos como Amitriptilina (Elavil), benzodiazepinas como Halcion (Triazolam), y el hipnótico Ambien (Zolpidem). A menudo se prescribe una combinación de dos drogas, una para iniciar el sueño y otro para mantenerlo.


Se puede mejorar el sueño con buenos hábitos como acostarse y levantarse a la misma hora, limitar las siestas diurnas, evitar la cafeína y otros estimulantes antes de acostarse, y practicar relajación para dormirse. El bueno sueño también se promueve con un ambiente silencioso y una temperatura apropiada en el dormitorio.

Reducir el dolor antes de meterse en cama y olvidarse de las preocupaciones con técnicas como un diario de preocupaciones ("worry log") o una lista de cosas por hacer para el día siguiente también puede ayudar a mejorar el sueño.

Desórdenes del sueño, como la apnea del sueño y el síndrome de piernas inquietas son muy habituales en personas con SFC y se pueden mejorar con tratamiento.


Fatiga:
La fatiga se suele abordar con cambios en el estilo de vida, especialmente el acompasamiento. Acompasar incluye estrategias como marcarse prioridades, descansar regularmente, hacer actividades durante ratos cortos, vivir según un programa y manejar los eventos especiales, como salidas y vacaciones.

También se puede disminuir la fatiga abordando el dolor y los problemas de sueño, porque ambos intensifican la fatiga. Manejar el estrés, hacer ejercicio y comer sano puede ayudar para reducir la fatiga porque se abordan otras causas de la fatiga: estrés, mala condición física y mala nutrición.


Problemas cognitivos:
Las estrategias que generalmente ayudan para reducir los síntomas de la FM, como acompasar y manejar el estrés, también ayudan para reducir la niebla mental. Otras técnicas que muchas veces producen cierto control de la niebla incluyen dormir bien, limitar la entrada sensorial, utilizar listas y otros recordatorios, tener rutinas diarias y semanales, y mantener un entorno físico ordenado.


Más sobre opciones de tratamiento para estos cuatro síntomas, en el Capítulo 8.


Estrés, emociones, apoyo y pérdida:
Como mencionamos antes, la FM tiene efectos comprensivos, afecta a muchas partes de la vida del paciente y crea muchos desafíos. Un plan de tratamiento debería abordar, aparte del manejo sintomático, asuntos como manejar el estrés y las emociones, reforzar los sistemas de apoyo y aceptar las pérdidas.

Si nos arreglamos con éxito con estos desafíos adicionales, habitualmente reducirán los síntomas, y por esto también es una forma de manejo sintomático.


Más sobre estrés, emociones, apoyo y pérdida, en los Capítulos 13 hasta 16.
 

Pronóstico


Tal como no hay cura para el SFC, no hay tratamiento curativo para la fibromialgia. Algunas personas con FM mejoran, pero la recuperación total es improbable y algunas personas experimentan recaídas prolongadas. Un estudio multicéntrico de FM en 1997 encontró que entre 4% y 25% de los pacientes están incapacitados, y que la mayoría es incapaz de trabajar la mayor parte de los días.


Un estudio longitudinal de 10 años publicado en 2011 encontró una ligera tendencia hacía una mejoría de la severidad global de los síntomas, y que 25% tenía al menos una mejoría moderada del dolor con el tiempo.
 

Como ocurre con EM/SFC, el curso de la fibromialgia puede variar. Con el tiempo la localización y la severidad del dolor pueden varias. Los síntomas pueden ser intermitentes, fluctuantes o persistentes. Los factores desencadenantes de la intensificación de los síntomas pueden incluir un exceso de actividad, inactividad, estrés, trauma, movimientos repetitivos, dormir mal, emociones fuertes o cambios atmosféricos.


El abordaje de este libro se basa en la creencia que la mayoría de pacientes puede encontrar cosas que les hace sentirse mejor mediante la reducción del dolor y el malestar; volviendo así a ganar estabilidad y disminuyendo el sufrimiento. La mejoría requiere esfuerzo, coraje, disciplina y paciencia.


Como dice el Dr. Lapp, la clave de la mejoría está en “aceptar la enfermedad y adaptarse a ella mediante cambios en el estilo de vida, de los cuales el tratamiento médico no es sustituto.”
 

Referencias


Fransen, Jenny and Jon Russell. The Fibromyalgia Help Book: A Practical Guide to Living Better with Fibromyalgia. St. Paul Minn.: Smith House, 1996.


Goldenberg, Don. Fibromyalgia. New York: Penguin Putnam, Guilford Press, 2002.


Matallana, Lynne. The Complete Idiot's Guide to Fibromyalgia. New York: Penguin, 2005.


Starlanyl, Devin and Mary Ellen Copeland. Fibromyalgia & Chronic Myofascial Pain: A Survival Manual. Oakland: New Harbinger, 2001.




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